Mankéme Chiapas
Chiapa de Corzo, Chiapas, México.- Bien dice un conocido y buen dicho que “cuando se tiene la voluntad de hacer las cosas todo se puede y no hay obstáculos que pueda impedir los objetivos”, acertadamente y sin dudar a dudas esas fueron posiblemente las palabras del joven Eduardo Chamé, procedente de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez y quien recientemente se graduó de Contador Público en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), y todo se lo debe gracias a la venta de globos infantiles en el que se siente muy orgulloso y que seguramente será el recuerdo y valor de toda su vida.
Eduardo Chamé, se convirtió en el blanco de las miradas de muchos y admiración en las redes sociales (Facebook), ya que en su cuenta personal dio alusión sus emociones y felicidad al llegar donde está actualmente convertido en todo un profesional, ya que como bien expresa en su texto, tuvo que pasar por situaciones muy difíciles durante su carrera, pero que la meta lo tenía muy bien fijada y no se daba por vencido.
Lo que para él era una eternidad por fin llegó el momento del resultado (Graduación), y es por ello que, el pasado primero de mayo del presente año a modo de compartir con todos sus seguidores, amigos, compañeros y familiares, describió feliz sus momentos y situaciones durante sus estudios, no se descarta que en los lugares en donde vendió sus productos, fue también clave para obtener excelentes ganancias y entre ellos figura el pueblo de Chiapa de Corzo, donde amigos y conocidos le reconocen su logro profesional como parte de un caso de éxito que deja sin duda un gran ejemplo de superación.
A continuación texto original de Eduardo Chamé:
El día hoy me siento muy feliz y quiero agradecer a mi Familia y a Dios por todas las bendiciones que me ha dado, el sabe lo mucho que durante años me he esforzado por salir adelante, que no lo he tenido nada fácil, pero que poco a poco voy logrando mis metas, también agradecer a todos los padres que alguna vez han comprado globitos a sus hijos, gracias a ellos pude pagar mis pasajes, inscripciones, libros, alimentos y que sin saberlo me estaban ayudando a cumplir mis metas. No todos tenemos las mismas oportunidades, muchas veces toca trabajar doble, bajo el sol, bajo la lluvia e ir a estudiar cansado, desvelado y cuestionando si realmente valdrá la pena tanto esfuerzo, y ahora puedo asegurar que vale la pena porque hoy día siento una gran felicidad por llegar hasta este momento que muchas veces me parecía eterno.
Al mismo tiempo quiero expresarle a todos aquellos que alguna vez se burlaron de mí, que no hay trabajo vergonzoso, que cuando se quiere salir adelante, uno debe trabajar en lo que sea, los vendedores ambulantes somos personas que también tenemos sueños, que estamos forjando nuestro futuro, por ello hay que respetar y valorar el trabajo por muy humilde que sea, porque más adelante ese vendedor al que hoy rechazas será el profesionista que mañana tu puedas necesitar.